Por estos años, trabaja la figura humana más caricaturizada que naturalista. Le interesa sorprender, provocar, herir los sentidos del espectador, en algunos casos; y en otros, adopta imágenes contemplativas. Pareciera que su afición depende de estados de ánimos y la praxis de personajes oníricos que se aventuran a la mente. Nada es real, pero nos atrapa.
Yanetsy Ariste
Escritora y Crítico de Arte